Entre los firmantes, quienes exigen para Gaza la posibilidad de desarrollar “una economía viable y mejorar la situación humanitaria”, figuran Nobel de la Paz como el argentino Adolfo Pérez Esquivel, el Dalai Lama, el arzobispo Desmond Tutu, el político norirlandés John Hume y la abogada iraní Shirin Ebadi.
Junto a ellos, la activista pro derechos humanos Betty Williams, el pacifista norirlandés Mairead Maguire, la profesora estadounidense Jody Williams el párroco de Timor Oriental Carlos Belo y la pacifista Cora Weiss reivindican que “los seres humanos no son fichas de cambio”.
Piden además que los palestinos liberen al soldado israelí Gilad Shalit, retenido hace tres años, y que Tel Aviv ponga en libertad a un “significativo número de mujeres, enfermos y ancianos” y “miembros electos” de entre los “miles de prisioneros palestinos” cautivos en sus cárceles.
Firman la misiva también premios Nobel de Química, Medicina y Física, Economía y Literatura, como el autor italiano Dario Fo, la escritora austríaca Elfriede Jelinek y el literato nigeriano Wole Soyinka y eurodiputados como los ex presidentes del Parlamento Europeo Josep Borrell Fontelles y Nicole Fontain y la vicepresidenta del mismo Diana Wallis o el activista de Mayo del 68 Daniel Cohn-Bendit.
Suscriben el texto otros eurodiputados como los españoles Juan Fraile Cantón, Vicente Miguel Garcés Ramón, Martí Grau i Segú, Ignasi Guardans Cambó, David Hammerstein, Mikel Irujo Amezaga, Miguel Ángel Martínez Martínez, Emilio Menéndez del Valle, Willy Meyer Pleite y Raül Romeva i Rueda.
Se suman a ellos autores como el estadounidense Noam Chomsky, la argelina Yasmina Khadra, la italiana Franca Rame, el franco-estadounidense de origen polaco Martin Gray, judío superviviente a la Segunda Guerra Mundial, los escritores israelíes David Grossman y Amos Oz y el ex primer ministro francés Michel Rocard.